En el comienzo del mundo, marcando el Norte en el horizonte está la larga y sagrada cordillera de Alamut, donde descansan los restos de todos los Hemachandras una vez logran abrir todos sus chackras y hacerse uno con el universo. Un lugar inhóspito, de nieves eternas, de naturaleza implacable y principalmente, poblado de gentes con voluntad templada por el hielo.
Kailash |
Desde el Desierto Rojo hacia el Oeste hasta la jungla de Sikari al Este, este largo cordón montañoso atraviesa el paisaje acompañado por el río Dhavala, inmediatamente hacia el Sur. Los dioses de las montañas, cuentan las leyendas, impiden que Alamut sea atravesada por nadie, por lo que se considera que el mundo se acaba en Badrinath, la montaña más alta y más al norte de la cordillera, lugar donde descansarían los restos terrenales del Dios Brahma. Dice el Dalah que todo brahamita debe peregrinar a Badrinath por lo menos una vez en su vida. Sin embargo, esta exigencia sólo es cumplida por los más fervientes fanáticos religiosos, pues la travesía es mortal: sólo la llegada al primer pueblo en la cordillera, Kailash, lleva mesas de viaje en las heladas tundras, llenas de peligros. Este lugar es una suerte de nuevo comienzo para las gentes del Imperio de Al-Zhalah, los valientes que por diversos motivos deseen una nueva vida, la encontrarán aquí si pueden ganársela.
Lin Kuei, la escarcha asesina |
Sin embargo y a pesar de todo, hay pequeños y empeñosos intentos de surgir en medio de estos sobrecogedores paisajes. Alamut no distingue entre países o razas, es la cordillera contra ellos, y es unirse o morir.
En este lugar partirá la crónica! Vayan pensando en porque su personaje terminó en un lugar olvidado del mundo: tal vez es un fugitivo, o acusado de un crimen que no cometió, o está en una peregrinación sagrada, o está intentando explorar algún templo en ruinas para rescatar tesoros...
Un abrazo